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LA VIDA CONTEMPORÁNEA

Doña Emilia Pardo Bazán, cronista

Este libro, cuya condición de “institucional” exige datos como el ISBN o los puntos de venta, reproduce, respetando la maqueta original (excepto para algunas páginas que no encajaban y que se indican), los artículos que doña Emilia Pardo Bazán publicó de 1895 a 1916 en La Ilustración Artística bajo el epígrafe de ‘La vida contemporánea’. Se trata del quinto volumen de un meritorio proyecto iniciado por la Hemeroteca Municipal de Madrid (le han precedido El póstumo disparate de Goya: La odisea de sus restos mortales, Velázquez en la prensa española del siglo XIX, Bodas Reales en Madrid y Leopoldo Alas Clarín: Paliques).

Este libro, cuya condición de “institucional” exige datos como el ISBN o los puntos de venta, reproduce, respetando la maqueta original (excepto para algunas páginas que no encajaban y que se indican), los artículos que doña Emilia Pardo Bazán publicó de 1895 a 1916 en La Ilustración Artística bajo el epígrafe de ‘La vida contemporánea’. Se trata del quinto volumen de un meritorio proyecto iniciado por la Hemeroteca Municipal de Madrid (le han precedido El póstumo disparate de Goya: La odisea de sus restos mortales, Velázquez en la prensa española del siglo XIX, Bodas Reales en Madrid y Leopoldo Alas Clarín: Paliques).
Emilia Pardo Bazán.
Doña Emilia Pardo Bazán, que a partir de 1908, cuando consiguió que le cambiaran título pontificio por título de Castilla, firmaría como Condesa de Pardo Bazán, inició su colaboración en dicha revista cuando tenía 44 años y estaba ya en la cresta de la ola. Aún le quedaban muchas cosas que hacer y muchos capítulos de la literatura española que escribir, como recordó a los retorcidos académicos (algunos de ellos "buenos" amigos suyos, como Menéndez Pelayo y Juan Valera) que se oponían a su entrada en la Española. Y a fe que lo hizo. Pero sobre todo demostró a sus escépticos y envidiosos amigos que era una periodista como tal vez ninguno de ellos consiguió nunca serlo. Porque, en su caso, a la sabiduría y el talento se unía una insaciable curiosidad que no temía adentrarse en terrenos considerados frívolos por sus eruditos amigos masculinos.
 
Su condición femenina, de la que nada importante se esperaba, le permitía recalar en vericuetos de la vida cotidiana como la moda, la vida social, las actividades culturales, las presentaciones y las tertulias, que ahora constituyen un elemento bastante más importante para el mejor conocimiento de una época que muchas reflexiones solemnes. Son, además, la materia misma de la creación literaria, en particular de la novela y del cuento, géneros en los que doña Emilia destacó de manera especial.
 
Eso no quiere decir que ella rehuyera temas más serios. En sus crónicas se pueden encontrar los análisis más rigurosos de la realidad política y social de la época, las críticas más acerbas a ciertas instituciones españolas, al caciquismo, a la beatería, a la explotación de la mujer, que dio esa generación literaria. Todo lo denunciaba y enunciaba doña Emilia con una claridad de conceptos y una rotundidad de expresión que no se pueden tildar ni de tibias ni, desde luego, de frívolas.
 
A lo largo de su vida, la escritora cultivó el género periodístico de manera intensiva, sobre todo desde finales de los 80, a raíz de su separación matrimonial. Muchos escritores importantes, como Unamuno, no tenían empacho en declarar que el periodismo les permitía vivir holgadamente, y ella se dedicó a ello con ahínco, espoleada por su deseo de independencia. En total, en los 56 años que estuvo escribiendo publicó más de 1.500 artículos, en un centenar de publicaciones, tanto en España como en Hispanoamérica y, también, en Europa.
 
Ella misma, convencida de la fugacidad del género y de la calidad de sus crónicas, en particular las de viajes, las reunió en volúmenes. Es el caso de Mi romería, Desde mi tierra, Al pie de la Torre Eiffel, Por Francia y Alemania, Cuarenta días en la Exposición y Por la Europa Católica. Sin olvidar De siglo a siglo, donde incluye más de cuarenta crónicas de la serie 'La vida contemporánea' que hoy, gracias a la iniciativa de la Hemeroteca Municipal de Madrid y de su director y editor, Carlos Dorado, podemos leer enteras y por orden cronológico. Este último aspecto es muy importante, si se considera que doña Emilia enlazaba en ocasiones unas crónicas con otras, y muchas veces se echaba en falta (ella misma lo observaba) una lectura completa, siempre más satisfactoria. Hasta ahora los lectores sólo tenían acceso a un panorama más completo en la selección que hizo Carmen Bravo Villasante en 1982 para la editorial Magisterio.
 
La presente edición permite, pues, la lectura seguida del testimonio periodístico de doña Emilia, que como vemos abarca prácticamente todo: desde la ciencia, la política, la cultura, hasta la sociedad y sus costumbres, sin temer recurrir a la parte más siniestra de la calle. Un fresco, en fin, de una época que, así que pasen cien años (y ahora hemos iniciado otro siglo), será por antonomasia la que conoceremos siempre como Fin de Siglo.
 
 
Emilia Pardo Bazán: La vida contemporánea. Hemeroteca Municipal de Madrid, 2005, 654 páginas. ISBN 84-7812-594-9. Puntos de venta: Librería Delsa (Serrano, 80; Madrid) y Centro Cultural Conde Duque (Madrid).
 
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