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POR TIERRA, MAR Y AIRE

En las entrañas del Imperio

Robert Kaplan se hizo un sitio en los disputados anaqueles de nuestras librerías como autor de libros de viajes. Probablemente no sea el mejor, pero es indudable que tiene un estilo propio y atractivo. Tiene la mirada y la facilidad de un periodista para trasmitir lo inmediato. En realidad, casi todos sus libros son reportajes, tan largos como cautivadores, que enredan al lector hasta el punto de generarle una adicción benigna.

Robert Kaplan se hizo un sitio en los disputados anaqueles de nuestras librerías como autor de libros de viajes. Probablemente no sea el mejor, pero es indudable que tiene un estilo propio y atractivo. Tiene la mirada y la facilidad de un periodista para trasmitir lo inmediato. En realidad, casi todos sus libros son reportajes, tan largos como cautivadores, que enredan al lector hasta el punto de generarle una adicción benigna.
Del viaje geográfico Kaplan llegó, en transición natural, al viaje temático. Pudo comprobar in situ el auge de los radicalismos fundamentalistas y la trasformación que estaba teniendo lugar en la forma de entender y gestionar el conflicto. Mientras Occidente se sentía aliviado por liberarse de la Guerra Fría, tras décadas de amenaza de un holocausto nuclear, en otras partes del mundo arraigaba la idea de que aquél era un tigre de papel, tan poderoso en medios económicos y tecnológicos como débil en voluntad y valores. Había que hacerle la guerra que no sabía ganar, poniendo a los medios de comunicación, a los formadores de opinión y al ciudadano de a pie al servicio del agresor. Preocupado y atraído por esta amenaza emergente, Kaplan comenzó a estudiar tanto el fenómeno como la valoración y respuesta del mismo por parte de Estados Unidos.
 
Primero con Gruñidos imperiales y ahora con Por tierra, mar y aire, Kaplan realiza un recorrido por las Fuerzas Armadas norteamericanas tratando de entender su organización, su estrategia, su despliegue, sus funciones, su mentalidad. Con esa facilidad para trasmitir experiencias vividas, el autor comparte con el lector conversaciones con oficiales, suboficiales y soldados de los cuatro ejércitos sobre cada uno de estos aspectos en una narración dinámica y sencilla. Las anécdotas se suceden entre informaciones y valoraciones de interés, pasando de un ejército a otro, de un continente a otro.
 
Tras este viaje por las Fuerzas Armadas se esconde el objetivo último de esta investigación, publicada en volúmenes distintos: comprender la América Imperial. No se trata de una presentación de qué es Estados Unidos, qué representa en el mundo o cómo lo ven los demás. Lo que preocupa a Kaplan es su despliegue imperial, cómo organiza y utiliza la fuerza para defender sus intereses y valores. 
 
El debate sobre el carácter imperial de Estados Unidos ha sido planteado, sobre todo, por autores europeos. El concepto imperio está fuertemente arraigado entre nosotros por razones de orden histórico. No es casual que fuera un destacado tratadista francés quien acuñara el término hiperpotencia para dejar claro que Estados Unidos no era una gran potencia más, como China, Rusia, Francia o Inglaterra, los restantes miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Los intereses y capacidades norteamericanos, a diferencia de los de las otras potencias citadas, son globales. ¿Es esta circunstancia una característica imperial? Tradicionalmente, hemos asociado este término a la posesión de territorios ajenos, pero ¿es éste el elemento esencial o sólo una consecuencia? Para algunos tratadistas, lo realmente determinante es la capacidad de influir. Estados Unidos sería, así, un imperio en la medida en que, siendo sus intereses globales, también su influencia puede llegar al más recóndito rincón del planeta.
 
Kaplan apuesta por la defensa del carácter imperial de las antiguas colonias británicas trasformadas en Estados Unidos, e intenta desentrañar su naturaleza viajando por las bases militares que tiene desplegadas por todo el mundo, hablando con sus hombres y tratando de conocer la complejidad de sus misiones, así como sus objetivos últimos.
 
Kaplan no es un analista de política internacional ni un académico. Cuando avanza por estos terrenos entra a menudo en contradicción, lo que no resultó un problema para el editor ni lo será para el lector. Ese no es el atractivo de Kaplan. Donde es realmente interesante es en la vívida narración de experiencias, en su facilidad para hacernos sentir que asistimos a una conversación en un submarino o en un bar de oficiales y compartimos y comprendemos el porqué de tantas cosas.
 
Leer a Kaplan es siempre una opción segura y, para quien sienta interés por la dimensión internacional de Estados Unidos o por conocer sus Fuerzas Armadas, más que recomendable.
 
 
ROBERT D. KAPLAN: POR TIERRA, MAR Y AIRE. LAS HUELLAS GLOBALES DEL EJÉRCITO AMERICANO. Ediciones B (Barcelona), 2008. 539 páginas.
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