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HISTORIA

España y Menéndez Pelayo

Este libro fue el excéntrico proyecto de Jorge Vigón, hombre con una apasionante biografía que buceó entre los escritos de Marcelino Menéndez Pelayo para producir una historia completa de España desde los visigodos hasta la Restauración.


	Este libro fue el excéntrico proyecto de Jorge Vigón, hombre con una apasionante biografía que buceó entre los escritos de Marcelino Menéndez Pelayo para producir una historia completa de España desde los visigodos hasta la Restauración.

Aunque la mayor parte de los textos están sacados de la indispensable Historia de los heterodoxos españoles, también hay fragmentos de otros escritos, discursos y prólogos. Por fortuna, la coherencia de la obra del santanderino garantiza un texto que, aunque sea una antología, resulta cohesionado, de lectura armoniosa. Tenemos ante nosotros una historia de España desde un punto de visto católico ortodoxo, inquisidor en todos los sentidos, apoyado en la erudición y las colosales lecturas del autor.

Es esta sabiduría lo que ha llevado a todo tipo de pensadores, de muy diferente filiación política, como Agapito Maestre o Gustavo Bueno, a interesarse por la amplia y rigurosa obra de Menéndez Pelayo. Y es que leer a un autor que se enfrentó a las tesis krausistas afirmando la riqueza del pensamiento español es una obligación frente a las continuadas patrañas que alimentan la leyenda negra. Lo progresista se enfrenta a lo español, visto como símbolo del atraso y la ignorancia. Nadie mejor que Menéndez Pelayo para rebatir, con datos y lecturas, este fetichismo.

A partir de este debate implícito, el libro de Menéndez Pelayo abre muchos otros de forma explícita, destapando además toda una serie de autores que ayudarán a enriquecer nuestras opiniones, incluso en temas donde hoy, más que ideas, rigen axiomas. Es el caso de los antienciclopedistas –Pablo Forner, Andrés Piquer, Fray Fernando de Ceballos–, de historiadores prácticamente olvidados, como Pedro José Pidal y Luis Próspero Gachard, o de pensadores que se recuerdan pero no se leen, caso de Ramon Llull o de Jaime Balmes.

La lectura de este volumen recopilatorio anima a profundizar en la obra de Menéndez Pelayo, especialmente en la Historia de los heterodoxos españoles, y en la de la pléyade de autores que cita para desafiar las nociones dogmáticas acerca de la Inquisición o el reinado de Felipe II. Y es que, como dice Juan Valera,

nuestra amena y rica literatura vino a ser olvidada o casi desconocida, o sólo conocida de pocos, y de éstos mal y quizás con torcida crítica.

Esa circunstancia empezó a cambiar gracias al trabajo de Menéndez Pelayo y de Gumersindo Laverde. Hoy, que la situación vuelve a ser precisamente ésa, de ignorancia y hasta repulsión por la cultura propia, insistimos en la necesidad de leer no sólo a Menéndez Pelayo, también a su maestro, cuyas obras completas están aún por editar. Las ventanas que abre el trabajo de ambos son innumerables. El catolicismo, salvo por excepciones místicas, es una religión expansiva, que mira hacia afuera (al contrario que el budismo, por ejemplo), y la obra de don Marcelino es católica hasta en eso.

Su visión de la historia de España, que considera influida por una problemática religiosa, filosófica y cultural, se aleja radicalmente del materialismo y ofrece a la vez una historia política, una historia cultural y una historia de las ideas. Por eso parecen una broma las teorías que dicen que el profesor se hizo conservador porque Nicolás Salmerón suspendió sin examen previo a toda su clase, poco adepta a Krause a juicio del almeriense. El trabajo de Menéndez Pelayo sirve para reforzar la idea de que la nación española no existe sólo por el azar o por cuestiones de orden geográfico, sino que es fruto de una oposición religiosa e intelectual, una oposición que se articula mediante la ortodoxia y la heterodoxia, que tan concienzudamente identifica en sus Heterodoxos...

La historia de España engrosa la acertada lista de títulos de El Buey Mudo, si bien cabe poner un pero a la edición: faltan notas al pie; muy optimista es el señor editor si piensa que la mayoría de sus lectores comprenderá el latín. Ahora, tras esta obra que abre el apetito por la escritura de Menéndez Pelayo, falta por ver si la editorial publicará más del santanderino, o incluso si se atreverá con Gumersindo Laverde. Sea como fuere, su trabajo, recuperando a Rafael Gambra, a Agustín de Foxá o al propio Menéndez Pelayo, va por muy buen camino.

 

MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO: LA HISTORIA DE ESPAÑA. El Buey Mudo (2011), 352 páginas.

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