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'EL PROBLEMA DEL SOBRENATURAL EN UNAMUNO'

García Nuño y el "sentidor"

El profesor García Nuño ha escrito la exposición más extensa y sistemática que yo conozco sobre el pensamiento de Unamuno. Con ejemplar generosidad declara que ha organizado su libro siguiendo el esquema de la evolución del pensador propuesto por mí en varios artículos desde 1966.


	El profesor García Nuño ha escrito la exposición más extensa y sistemática que yo conozco sobre el pensamiento de Unamuno. Con ejemplar generosidad declara que ha organizado su libro siguiendo el esquema de la evolución del pensador propuesto por mí en varios artículos desde 1966.

Ahora su generosidad llega al extremo de pedirme el prólogo, dándome el honor de asociar mi nombre con la obra más importante publicada hasta ahora sobre el pensador... ¿vasco?, ¿castellano?, ¿español? Creo sinceramente que de talla universal.

El libro es extenso y magnífico, razón para que mi prólogo sea breve y no entre en los temas que ya están muy bien tratados en él. Siempre me ha encantado como principio de hermenéutica la construcción clásica (hoy abandonada) hablar en, no hablar de y menos sobre. La lectura de un texto o de la obra completa de un autor debe ser una entrada en el núcleo del texto para desplegar sus ideas, forma y valores estéticos y humanos. Este libro habla en Unamuno, guiándonos por las galerías más hondas de la obra del pensador.

(...)

¿Es Unamuno filósofo, poeta, ensayista? El profesor García Nuño plantea en la introducción la repetida pregunta, y luego le llama varias veces "sentidor". Unamuno dijo que la Ética de Spinoza y la Lógica de Hegel eran también poemas, porque eran "lágrimas cristalizadas". Sin embargo, nadie considera poetas a Spinoza y a Hegel. Es decir, no todo pensador es poeta. En cambio, los poetas son pensadores, y los grandes poetas, grandes pensadores. Es decir, todo poeta es pensador, pero no todo pensador es poeta. La poesía es una condensación de la verdad plasmada en la lengua. La fórmula ideal la dio el mismo Unamuno en 1907: "Siente el pensamiento, piensa el sentimiento". En cambio, el discurso filosófico no condensa ni plasma, sino que analiza y define los conceptos, utilizando solamente, o de manera predominante, la función intelectual de la lengua.

A mi parecer, el término adecuado para encasillar a Unamuno es pensador, y ya he señalado por qué le considero de talla universal. El pensador es la persona que se enfrenta con la realidad y la describe, encuentra su orden y estructura, y si es necesario la acepta, la censura o la sobrepasa. El género del pensador es el ensayo, del cual se dice a veces que no tiene por qué contener un análisis riguroso de sus temas. Pero no es cierto; el ensayo analiza realidades que no han sido previamente encasilladas en disciplinas recibidas. Feijoo dice que sus discursos no pertenecen a ninguna facultad; es decir, sus temas no se estudiaban en las asignaturas de las universidades. Por eso, mientras la filosofía tiene que comenzar refiriéndose a unas disciplinas y a una tradición, el pensamiento no tiene más asidero que la realidad estudiada. Frente a la filosofía, el pensamiento es el conjunto de temas que preocupan a la sociedad en un momento dado, y de los principios (científicos, filosóficos, teológicos) desde los cuales se les ha dado respuesta. La obra de Unamuno es un venero inextinguible de temas, pero centrada en el deseo de Dios.

El profesor García Nuño ha plasmado en este libro el pensamiento de Unamuno. Adopta con un criterio original el esquema de evolución que había encontrado en estudios anteriores, pero lo enriquece con matices propios. Para cada una de las etapas ha fijado unos temas básicos -realidad y realidades, el hombre y su mundo, el conocimiento del hombre, personalidad y vida, el deseo de Dios- y ha señalado lo que hay de nuevo en ella. De esa manera, el libro se va extendiendo en una superposición de esferas, cada una de las cuales enriquece las del plano anterior. Por su rigor y riqueza, ya tenemos el sistema de Unamuno. El encasillamiento en este caso no es un perfil que limita, sino una espiral que llama a nuevas lecturas. Es un libro de pensamiento riguroso, con la estructura de una obra de arte, y con el entusiasmo de un maestro, que se contagia a sus lectores.

 

NOTA: Este texto es un extracto del prólogo de CIRIACO MORÓN al más reciente libro de ALFONSO GARCÍA NUÑO, EL PROBLEMA DEL SOBRENATURAL EN UNAMUNO, publicado por la editorial de Encuentro.

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