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NUEVO LIBRO DE ROBERT D. KAPLAN

Gruñidos imperiales

La literatura de viajes es un género clásico y antiquísimo, aunque no se popularizó hasta el siglo XVIII, el siglo del viaje ilustrado y la agencia Thomas Cook, la primera que se especializó en trasladar grupos de personas de una punta a otra del planeta. Entre los más destacados escritores del género en nuestros días se encuentra el periodista norteamericano Robert D. Kaplan, bien conocido entre nosotros por el éxito de crítica y público de alguna de sus obras traducidas al castellano, de las que destacaría Fantasmas balcánicos y Viaje a los confines de la Tierra.

La literatura de viajes es un género clásico y antiquísimo, aunque no se popularizó hasta el siglo XVIII, el siglo del viaje ilustrado y la agencia Thomas Cook, la primera que se especializó en trasladar grupos de personas de una punta a otra del planeta. Entre los más destacados escritores del género en nuestros días se encuentra el periodista norteamericano Robert D. Kaplan, bien conocido entre nosotros por el éxito de crítica y público de alguna de sus obras traducidas al castellano, de las que destacaría Fantasmas balcánicos y Viaje a los confines de la Tierra.
Kaplan comenzó haciendo viajes convencionales, es decir a un país o región determinado, para trasladar sus impresiones a aquellos lectores que, con una experiencia de vida semejante, pudieran valorar sus comentarios y sensaciones. Kaplan impresionaba por su fácil, precisa y rica prosa, así como por su capacidad tanto para comprender gentes y conflictos lejanos como, y muy especialmente, para enmarcar en la historia hechos del momento. Su formación histórica es relevante, como lo es su facilidad para recurrir al pasado para explicar el presente. Todo ello tiene como resultado unas obras extensas que requieren de un lector sin prisa, dispuesto a saborear la descripción matizada e inteligente. Un lector que no se conforme con dos o tres ideas sencillas para explicar un conflicto.
 
Con en el tiempo Kaplan comenzó a ensayar otro tipo de viaje. En Viaje al futuro del Imperio optó por un "viaje imaginario" a su propio país para dar con las consecuencias de los procesos de cambio sociales y urbanísticos en curso. Una obra fascinante para todo aquel interesado en la evolución de las grandes ciudades occidentales. En Gruñidos Imperiales el objetivo está en el tiempo presente, pero no en un lugar determinado.
 
Iwo Jima Memorial.Si un imperio es siempre, entre otras cosas, un despliegue militar capaz de defender los intereses de una gran potencia, ello implica hombres, una formación militar determinada, unos objetivos y una variopinta gama de realidades, en las que tienen que desarrollar su trabajo los soldados. Kaplan ha recorrido el conjunto de los mandos regionales con que Estados Unidos trata de estar presente en todo el planeta, ha acompañado a los oficiales en su trabajo cotidiano y ha palpado tanto su visión de EEUU y de los países en que estaban destinados como su valoración de las misiones que se les encomiendan.
 
Al lector europeo, poco conocedor de la realidad americana y sumergido en el pensamiento único reinante, le sorprenderá el patriotismo que se respira entre los jóvenes soldados americanos. Procedentes en su mayoría de esos estados que quedan fuera de los circuitos turísticos habituales, son hombres que han recibido en sus familias unos sólidos ideales, transmitidos de generación en generación. Leyendo a Kaplan y conociendo a sus protagonistas se comprenden mejor las colas de ciudadanos americanos que un día cualquiera recorren con fervor los monumentos bélicos del Mall de Washington.
 
Sin embargo, como no deja de señalar nuestro autor, los vientos de cambio también soplan en el Imperio, y algunos de los soldados se quejan de la falta de ideales que perciben entre muchos de sus coetáneos de la sociedad civil. Un relativismo que se trasluce en la prensa y se refleja en el Capitolio. ¿De qué vale tener un potente ejército, con profesionales entregados y entrenados, si los que deben tomar las decisiones se sienten tentados a optar por la vía fácil y gruñir, incluso ladrar, pero no morder? ¿De qué vale si, en mitad del fragor de la batalla, los congresistas discuten abiertamente sobre la posibilidad de retirarse? El contraste entre capacidades militares e imagen internacional es extraordinario. Nunca un imperio fue tan poderoso. Nunca un imperio fue percibido de forma tan generalizada como un "tigre de papel".
 
 
ROBERT D. KAPLAN: GRUÑIDOS IMPERIALIES. EL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO SOBRE EL TERRENO. Ediciones B (Barcelona), 2007, 454 páginas.
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