Hillary Clinton, bajo una nueva luz

El libro puede poner en peligro las aspiraciones presidenciales de la actual senadora demócrata, pero también puede servir para mitificar más todavía su nombre y generarle mayor popularidad. Sólo unas horas después de su aparición en las librerías, La verdad sobre Hillary se ha encaramado ya a los primeros puestos de las listas de ventas. Sus páginas han generando ya un gran debate y escándalo en torno al matrimonio Clinton y, particularmente, sobre la vida secreta de Hillary. Tras el provocador título, el subtítulo aclara: Lo que sabía, cuándo lo sabía y hasta dónde irá para llegar a ser presidenta.

 

Se trata de un libro bien escrito, un sorprendente análisis humano y psicológico de Hillary Rodham Clinton, cuya trayectoria resulta interesantísima desde un punto de vista ideológico y humano para confirmar el hambre de poder y el oportunismo de ciertos políticos. Desde sus años en el Wellesley College hasta convertirse en primera dama, o desde sus años en Arkansas hasta el Senado de Washington, como trampolín para optar a la Presidencia en 2008, la obra de Klein es de necesaria lectura para conocer los entresijos de la mujer más poderosa del Partido Demócrata.

 

Tras su lectura, cabe reconocer que no hay demasiados datos que no hayan aparecido ya de uno u otro modo sobre Hillary y su turbulento matrimonio con Bill Clinton. No debe extrañar si pensamos que, junto a los datos ya recogidos en el Informe Starr al hilo del escándalo presidencial con Monica Lewinsky, también han ido apareciendo en los últimos tiempos casi una decena de libros más en torno a su figura y la de su esposo, incluidas sus respectivas autobiografías. Pero el libro de Klein hila muy fino, como se detalla en las notas finales, y muestra a un autor que se ha tomado el tiempo de leer, aprender y conocer la verdad sobre Hillary.

 

Las páginas de Klein deberían hacer sonrojar a Hilllary. Porque no se trata de un libro sensacionalista, como se ha escrito ya, sino que estamos ante la constatación de algo en lo que casi todos los testimonios de personas cercanas a Hillary coinciden: su absoluta obsesión por el poder. Klein narra con todo detalle su desafortunado matrimonio con Bill Clinton, plagado de problemas, infidelidades y hasta escenas de violencia. Existían rumores y opiniones sobre los trasfondos secretos de ese matrimonio, pero no contábamos con una obra tan definitiva y tan bien documentada como ésta, donde ni Hillary ni su esposo salen bien parados.

 

Alguien dijo que las figuras públicas no tienen vida privada, y este libro da suficiente testimonio de ello. A Klein no le importa verdaderamente Hillary como ciudadana privada, sino como la mujer que aspira a gobernar pronto su país. De ahí que no tenga reparo en avisar al lector sobre las múltiples caras de Hillary. Conocemos, así, su patológica obsesión por la infiel promiscuidad de su marido; los testimonios sugieren un lesbianismo inconfesado de Hillary, originado ya en sus años en Wellesley y al calor de un feminismo radicalizado y próximo a los extremismos de confección antimasculina.

 

Las fuentes personales que utiliza Klein apuntan también a una Hillary muy consciente de los movimientos de su esposo, controladora implacable de todos los pasos en la Casa Blanca. Hallamos a la mujer obsesionada por guiar la política de su marido –incluido el fiasco de la reforma de la sanidad pública– y el incansable propósito de irse abriendo camino en su propia carrera política. Klein entrevistó a más de un centenar de individuos que en diversas etapas de su vida conocieron personalmente a Hillary: desde sus años escolares hasta la actualidad. Entre los entrevistados –la mayoría de los cuales han preferido quedar en el anonimato– se cuentan personas de distinta ideología, lo que ha permitido a Klein trazar una imagen más objetiva de lo que para él es la verdadera Hillary.

 

Klein demuestra cómo incluso en los momentos más difíciles para Bill Clinton, tras su episodio con la becaria, Hillary estuvo al corriente de los detalles, y calculó fríamente todas sus actuaciones a fin de no dañar su propia imagen y alcanzar la Presidencia en un futuro no lejano. Éste y otros episodios corroboran muchas de las afirmaciones sobre Hillary recogidas en otro libro: Rewriting History, de Dick Morris, buen conocedor de la primera dama, como antiguo asesor que fue de Bill Clinton. Al mismo tiempo, se prueba la dudosa verdad de las opiniones que sobre sí misma lanzó Hillary en su reciente autobiografía, Living History.

 

Desde los episodios más vulgares, que empañan la imagen bonachona de Bill Clinton, hasta el hecho de que Hillary ya conocía la relación de su esposo con Monica Lewinsky y otras mujeres, el libro muestra la cara de una política para la cual el fin justifica siempre todos los medios: una mujer –a juicio de Klein– manipuladora, deshonesta y extremadamente llena de problemas que, a todo costo, ha ido manteniendo su paso, primero, para alcanzar el Senado por el estado de Nueva York, revalidar escaño en 2006 y, en 2008, alcanzar la Casa Blanca como presidenta.

 

Políticamente, vale mencionar episodios aquí relatados, como aquél en el que Hillary negó su firma a un grupo de mujeres afiliadas al Partido Demócrata para llevar adelante una propuesta de ley de apoyo a la infancia. Ante las quejas de dicho grupo, Hillary respondió que no estaba dispuesta a gastar su capital político a menos que le garantizaran el éxito de dicha propuesta como medio de ascenso político. Familiarmente, impresiona el testimonio de Richard Nixon, al recordar cómo en su visita a la Casa Blanca, en 1993, comprobó el miedo de la hija de los Clinton, Chelsea, hacia su madre.

 

Lo curioso de The truth about Hillary Clinton es que no está escrito por alguien ligado al Partido Republicano. De hecho, y contra lo que inicialmente pudiera pensarse, Klein no es un comentarista político conservador. Se trata de un profesional independiente, aunque más cercano a las ideas del partido de Hillary. De hecho, trabajó para The New York Times y Newsweek, precisamente las dos publicaciones que más han venido defenestrando a Bush en los últimos años y que más apoyaron a Kerry en las pasadas elecciones.

 

Toda la maquinaria de relaciones públicas de los Clinton se ha puesto ya en marcha para presionar a los medios de comunicación, con el objeto de que suspendan las entrevistas con el autor de este libro. Las figuras más destacadas de la radio y la televisión han reconocido las presiones, y ya se habla de una "conspiración de la derecha" contra Hillary. Pero la realidad es que cada vez que aparece cualquier publicación en EEUU cuestionando la figura de algún líder de las izquierdas, o sea del Partido Demócrata, la respuesta negativa y descalificadora del mainstream media es inmediata, como ahora.

 

Así lo muestran los negativos artículos publicados ya en la prensa contra Klein. Pero cabe recordar que si, en cambio, la cosa es al revés, si se ataca a un líder de la derecha –Tom DeLay , el propio Bush, o antes Newt Gingrich o Trent Lott–, la situación cambia totalmente. Es la maquinaria propagandística y de autodefensa de las izquierdas, que está muy viva en el mundo occidental.

 

Pese a la propaganda defensiva del Partido Demócrata, el libro resulta apropiado para indagar sobre el pasado de alguien que aspira volver a la Casa Blanca, esta vez de presidenta. Cuando Kitty Kelley publicó el pasado otoño una obra demoledora contra Bush y su familia, o cuando Dan Rather mintió en la CBS con unos documentos falsos contra el actual mandatario, las izquierdas alabaron sendas publicaciones, igual que hicieron con las falaces cintas de Michael Moore, símbolo de campaña para Kerry. Ahora, cuando aparece un libro contra Hillary Clinton, saltan desde las izquierdas las diatribas y los insultos contra el mensajero Klein, sin que muchos de sus oponentes hayan alcanzado siquiera a leer la obra.

 

Por eso vale la pena acercarse a ella: para opinar en libertad. Con todo, cabe preguntarse si no estamos acaso ante un libro que pueda tener el efecto contrario: sacar todos los trapos sucios ahora y dejar todo esto en 2008 como cosa del pasado, limpiando así definitivamente la imagen de Hillary. Con ello ésta lograría el objetivo de su vida, justo el que Klein nos detalla cuidadosamente, y del que nos advierte.