Menú
VUELVE JARDIEL

Humor se escribe con hache

Demasiados años habían pasado sin que ninguna editorial se preocupara por la obra novelística de Jardiel Poncela. Blackie Books lo hace de forma original y arriesgada, lanzando una campaña que tiene por consigna "Vuelve Jardiel".


	Demasiados años habían pasado sin que ninguna editorial se preocupara por la obra novelística de Jardiel Poncela. Blackie Books lo hace de forma original y arriesgada, lanzando una campaña que tiene por consigna "Vuelve Jardiel".

La biografía de Jardiel y las razones de su olvido se explican bien en esta nota biográfica de Andrés Trapiello:

(...) pasó los trece primeros meses de la guerra amedrentado, sorteando interrogatorios y sospechas, en Madrid, Valencia y Barcelona, donde los anarquistas de la CNT se entusiasmaron con él y le encargaron que formase una compañía de teatro. Jardiel les pidió dinero, casa, pasaporte, y cuando se lo proporcionaron, incluido el permiso de Miaja para salir de Barcelona, se largó con todo, menos con la casa, que no cabía en el barco. En Marsella, consiguió un contrato ficticio en la compañía de Lola Membrives, que actuaba en Buenos Aires. Allí Jardiel hizo durante unos meses doble juego, hasta que unos republicanos disfrazados de capitalistas, con obispo incluido, le tendieron una celada, y Jardiel, confiado en el ambiente, empezó a ensalzar a Franco, cayó en la trampa y fue desenmascarado y varapaleado. Poco antes de acabar la guerra llegó a España, donde volvió a cosechar éxitos tan resonantes como polémicos, tanto en el teatro como en el cine.

No sólo fue desafecto a la II República e incómodo para la censura franquista, que podó grandes fragmentos de su obra: es que –y posiblemente sea este su mayor desacierto de cara a la posteridad– además era gracioso. Wenceslao Fernández Flórez, Ramón Gómez de la Serna y Julio Camba supieron lo inconveniente que es eso para un escritor español.

Amor se escribe sin hache no sorprenderá al lector familiarizado con la obra teatral o novelística de Jardiel. Con un humor absurdo pero no ilógico, monta una historia redonda que se lee como una prolongada anécdota. Se suceden los viajes, los encuentros y los esfuerzos de Zambombo, protagonista de la novela y tipo normal, por mantener el interés de su Lady Sylvia, una extravagante aristócrata inglesa que afronta la vida con los brazos –y las piernas– abiertos y exige de sus amantes un permanente esfuerzo por entretenerla, no se vaya a deleitar con el primero que pase.

Aunque es larga, Amor se escribe... no pierde interés en momento alguno. Constantemente graciosa, con una escritura ingeniosa y pedante, parodia las novelas de amor mezclando momentos casi poéticos con contrarréplicas como la que sigue:

–Mucha agua cae, mucha... –gruñó Zambombo–, pero aún no es bastante para limpiar el mundo.

(En cambio era suficiente para armar barro).

En cuanto Jardiel sospecha que el lector puede estar empatizando con Zambombo, o disfrutando con una buena descripción (hay unas cuantas), asalta el texto con un desmentido burlón. No puede uno acomodarse a la lectura, pues se ve continuamente sorprendido, abordado y desbordado.

Repleto de dibujos, planos y algún juego tipográfico, crítico habrá que caiga en la tentación de hablar del espíritu vanguardista de Jardiel. Pero –y ahí está también el caso de Gómez de la Serna– la vanguardia española tuvo más de gamberra que de puramente intelectual, afortunadamente. A pesar de las apariencias, Jardiel comparte más con la literatura satírica del XVIII –véanse Swift o Sterne– que con el absurdo filosófico del XX, un Gombrowicz o un Jarry.

A lo largo de las próximas semanas, la editorial Blackie Books va a publicar las otras tres novelas de Jardiel: Espérame en Siberia, vida mía, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes? y La tournée de Dios. Curiosamente, la Biblioteca Castro ha hecho el mismo anuncio en estas fechas, y también ha empezado por Amor se escribe sin hache. A los chicos de Blackie hay que reconocerles la cuidada edición, llena de detalles, y su peculiar esfuerzo editorial, que les ha llevado recientemente a rescatar El incongruente, de De la Serna. Es una buena noticia que, tras una serie de ediciones más académicas (Cátedra y Biblioteca Nueva), la novelística de Jardiel salga a la luz para un público más amplio.

Los lectores aficionados a las cosas importantes, las que se escriben con hache –es el humor la principal– harán bien en estar atentos a todas estas novedades.

 

ENRIQUE JARDIEL PONCELA: AMOR SE ESCRIBE SIN HACHE. Blackie Books (Barcelona), 2010, 436 páginas.

0
comentarios