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ALLENDE, EL ANTISEMITA

La mirada limpia de Farías

Vencer los tópicos sobre la figura histórica de Salvador Allende, el político que lideró el movimiento de Unidad Popular para instaurar una república socialista en Chile, no es tarea sencilla. Tres dificultades para evaluar críticamente la figura de Allende son fáciles de detectar. En primer lugar, porque es más fácil fabricar un héroe que criticarlo, la "investigación" sobre el régimen de la Unidad Popular de Chile ha preferido seguir el camino de la comodidad ideológica que el del esfuerzo científico.

Vencer los tópicos sobre la figura histórica de Salvador Allende, el político que lideró el movimiento de Unidad Popular para instaurar una república socialista en Chile, no es tarea sencilla. Tres dificultades para evaluar críticamente la figura de Allende son fáciles de detectar. En primer lugar, porque es más fácil fabricar un héroe que criticarlo, la "investigación" sobre el régimen de la Unidad Popular de Chile ha preferido seguir el camino de la comodidad ideológica que el del esfuerzo científico.
Detalle de la portada de la edición chilena del último libro de Farías.
Segundo, porque la lucha en la arena política de la izquierda fue trasladada hace mucho tiempo a las universidades, la figura de Allende y el Gobierno de la Unidad Popular parecen dormir placidamente en el limbo construido por la izquierda. Y tercero, y este supuesto es dominante, porque la represión feroz ejercida en una primera etapa por el régimen de Pinochet, lejos de favorecer una lectura crítica de la política antidemocrática de la Unidad Popular, impidió indirectamente ejercer una investigación severa y documentada contra la obsesión revolucionaria de los gobiernos de Allende por terminar con la democracia chilena.
 
El caso chileno, pues, es paradigmático de cómo una dictadura pudiera terminar negando otra de signo diferente. Sin embargo, mientras la investigación histórica no se atreva a unir uno y otro proceso difícilmente podrá comprenderse qué sucedió verdaderamente en el Chile gobernado por Unidad Popular y, sobre todo, difícilmente podrá evaluarse con criterios rigurosamente históricos la figura de Salvador Allende.
 
Acaso por eso, el culto a la personalidad que se le ha rendido a este personaje sigue estando más cercano a la construcción de un mito totalitario que al recuerdo crítico de una personalidad democrática. En otras palabras, el culto rendido a Salvador Allende, y especialmente a su muerte heroica, por parte de la izquierda mundial pretende disfrazarse como el tributo de la ciudadanía a un modelo de excelencia democrática, cuando en realidad es una forma de ocultar los errores "totalitarios" cometidos por este personaje durante su gobierno.
 
El mito Allende, pues, ha impedido durante décadas la investigación seria sobre Chile. La desmitificación de Allende, sin embargo, ya ha comenzado. Por fortuna, la investigación histórica y politológica más seria y rigurosa viene demostrando en los últimos años que la figura de Salvador Allende dista mucho de ser la de un hombre comprometido con la democracia. Allende fue más deudor de las tradiciones revolucionarias que de las democráticas. La fragmentación de su imagen es ya un hecho. Aunque pocos, existen algunos estudios muy serios que no pueden dejar de analizar la llegada de Pinochet sin investigar la génesis y el desarrollo del régimen político impuesto por la Unidad Popular, que quiso terminar con la oposición.
 
Pinochet y Allende, en 1973.El libro de Víctor Farías no se sitúa, sin embargo, en este preciso contexto de investigación histórica que trata de vincular la caída de Allende con la llegada de Pinochet, entre otras razones porque ésta debería ser la labor de una genuina historia social y política, que pudiera ofrecer argumentos para profundizar la democracia contemporánea. Esa labor excede la tarea de un hombre, incluso de un grupo de investigadores. Pero la obra de Farías es una espuela para preguntarse: ¿por qué se sigue haciendo pasar por "democrático", bueno y emancipador, lo que no fue sino la imposición de un régimen no aceptado por la mitad de la ciudadanía?
 
Si las políticas de Allende, como mínimo y por decirlo suavemente, negaban a la mitad de los chilenos, entonces aún queda por explicar las causas endógenas que llevaron el Gobierno de la Unidad Popular al fracaso. El golpe de Estado de Pinochet naturalmente que existió, pero quien siga pensando que el fracaso del régimen de Allende se explica sólo y exclusivamente por la intervención militar de Pinochet se equivoca. O peor, nos engaña. Esto es lo que resta por explicar.
 
Mientras tanto, mientras llega algún día esta explicación, Víctor Farías sitúa su investigación en un ámbito más ilustrado y general, o sea, sólo pretende contribuir a desmitificar el culto a la personalidad ejercido por la izquierda mundial con la figura de Allende. En esa perspectiva, Farías pone el dedo en la llaga, descubre un pasado oscuro de Allende, pero no con ánimo de cuestionar su última y quizá más catastrófica etapa, esa que está cada día más necesitada de revisión, sino de mostrar que cualquier culto a la personalidad puede depararnos ciertas sorpresas.
 
Por ejemplo, el pasado racista y antisemita de Allende ha dejado pasmado a la mayoría del personal que seguía atrapado en un absurdo e irracional culto a una personalidad que desconocía, o peor todavía, que no quería saber nada sobre las sombras de una biografía intelectual y política que terminó determinando la calidad de la democracia en Chile.
 
Sencillas, certeras e inteligentes son todas las investigaciones de Víctor Farías. También su nuevo libro goza de esas características, aunque haya críticos que le hagan decir lo que no dice, o que le atribuyan tesis sin aportar pruebas; por ejemplo, alguien ha criticado que Farías diga en su libro que el nazi Walter Rauff, en 1969, financió la campaña parlamentaria de Allende sin aportar pruebas. Falso. La objeción no es admisible, porque Farías no afirma –si así fuera tendría que aportar la prueba–, sino que transmite una sugerencia: "Se me ha sugerido con insistencia en sectores del entorno de Walter Rauff" que éste podría haber financiado la campaña que llevó a Allende a la Presidencia de la República. Quien confunde una sugerencia con una afirmación podría ser tachado de tener mala fe.
 
Salvador Allende.En cualquier caso, el mito a veces tiene más fuerza que la razón. Y Farías tiene la virtud –para otros no deja de ser un defecto– de despertar la bestia mítica que lleva todo lector que no quiere hacerse cargo de las verdades expuestas en un libro de mirada limpia. Porque, a pesar de las objeciones que pudieran hacérsele a esta obra, las tesis de Farías son las de un autor que mira el mundo con mirada limpia, fresca y estimulante.
 
Mirada limpia es lo que descubrí hace muchos años en la figura, en la vida, de Víctor Farías. Aún hoy las mantiene. Hace ya bastantes años fui a visitarlo al País Vasco. Nos encontramos en la bella Bakio. Pasaba allí sus vacaciones con su hija, que estaba casada con un español. Entonces él ya vivía en Berlín, y yo en Frankfurt, pero preferimos encontrarnos en las bellas playas del norte de España. Charlamos sobre lo divino y lo humano. Escribí unas cuantas páginas sobre aquel día y, de paso, reconstruí una conversación que publicó César Alonso de los Ríos en las páginas de cultura del semanario El Independiente.
 
Pasamos un día inolvidable. Nos hicimos amigos para toda la vida. En esa época, en España, aún no había sido publicado su libro sobre Heidegger y el nacionalsocialismo, aunque ya era un best seller en el mundo. Me contó cómo había sido rechazado el original por unas cuantas editoriales de nuestro país. Nos reímos mucho sobre la falta de perspicacia, o quizá de coraje, de la industria editorial española, y parece que ahora ha tenido dificultades similares…
 
¿Por qué, entre nosotros, siempre ha tenido tantas dificultades Víctor Farías a la hora de publicar? Seguramente, porque no es políticamente correcto, o sea, porque tiene cosas que decir. ¡Al lado del texto de Farías uno es consciente de los libros vacíos que llenan nuestras librerías!
 
¿Cuáles son las cosas más relevantes que aparecen en esta nueva entrega? Primera: Allende no puede seguir siendo concebido como un santo laico de la política, sino un personaje lleno de sombras para construir un modelo de vida democrática. Segunda: Farías descubre un libro de Allende del que nadie hablaba, casi parecía que no existiese, para ponerlo en circulación en el mundo de las ideas. Tercera: nos muestra que este trabajo de investigación de Allende, presentado en la Facultad de Medicina de Chile para obtener el título de médico, contiene las mismas tesis racistas que defendían por esa misma época los nazis y, sobre todo, los comunistas y estalinistas. En este punto la honradez intelectual de Farías es inimitable, porque ya en la introducción lo deja claro:
 
"Fascismo y comunismo se entendieron como revoluciones y surgieron como respuestas históricas a los mismos problemas de la sociedad en crisis. Es por eso que para entender cabalmente los problemas y las virtudes de nuestro tiempo se hace necesario tematizar y documentar con acribia y exactitud los momentos comunes, también porque ellos dan razón del común surgimiento y fracaso. Un antecedentes esencial en que ellos coincide es (…) el brutal y extremo naturalismo, que está a su vez en la base del racismo y explica el crimen eutanásico y el exterminio. Él constituye también uno de los fundamentos principales en los que el marxismo entiende la dialéctica de la historia como resultante de la dialéctica de la naturaleza, una que llegó a promover y justificar los hospitales psiquiátricos y el Gulag en la Unión Soviética".
 
Ilustración tomada de la web de un grupo ultraizquierdista chileno.Higiene mental y delincuencia, que es el título del libro escrito por Allende en 1933, según la exhumación y revelación de Víctor Farías, defiende tesis del más burdo antisemitismo. Los judíos, para Allende, se caracterizan por determinadas formas de delito: "estafa, falsedad, calumnia y, sobre todo, la usura". Allende, pues, fue un antisemita que promovió intelectualmente la esterilización masiva y la "ciencia eugenésica" de los nazis no sólo en este libro, sino en la iniciativa que, más tarde, en 1939, lideró como ministro de Salud en el Gobierno de Unidad Popular del presidente Aguirre-Cerda (1939-1941).
 
En efecto, la segunda parte de la obra de Farías muestra cómo Allende, ya ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social, defendió un proyecto de ley inspirado en una de Hitler de 1934. La Ley para Precaver una Descendencia con Taras Hereditarias de Hitler fue el modelo del proyecto chileno de 1939 del ministro Allende, que por fortuna no fue considerado por el Parlamento.
 
La iniciativa de Allende fracasó. Sin embargo, eso no debería obviar el segundo gran escándalo descubierto por Farías. Más aún, debería llevarnos no sólo a indagar los factores comunes de comunistas y fascistas, también a preguntarnos por qué Allende se atrevió a tanto. Seguramente, porque no estaba solo. Muchos, y esto es lo escandaloso, estaban de acuerdo con el antisemitismo y las practicas perversas de la "ciencia eugenésica" de comunistas y nazis. Por cierto, y tampoco esto es un escándalo menor, el médico y ministro Allende nunca se retractó de lo que algunos seguirán considerando "errores juveniles".
 
A la vera de estos descubrimientos, Farías hace algunas calas sobre las dificultades que el revolucionario chileno, el presidente de la Unidad Popular, puso a organismos internacionales, como la ONU, para extraditar al famoso nazi ya citado, Rauff, que se refugió en Chile.
 
Las dudas, sospechas y sombras del comportamiento de Allende ante la petición de extradición de Rauff no pertenecen únicamente a Farías o a sus lectores, sino a dirigentes intelectuales y políticos tan preciados como Wiesenthal. Por lo tanto, nadie pase por alto las preguntas: ¿qué tipo de connivencias existieron entre el socialista Allende y el nazi Rauff, el inventor del sistema de exterminio en masas con camiones de gas?, ¿por qué Allende, el todopoderoso Allende, no se enfrentó a la Corte Suprema que había denegado la extradición de Rauff?; en fin, en palabras de Farías: ¿por qué Allende "se negó a hacer uso, en el caso de Rauff, de su atribución presidencial inobjetable para expulsar (…) a todo extranjero cuya presencia afectara a los intereses del país, y (…) entregarlo a la justicia"?
 
 
La editorial Áltera publicará, en breve, el libro de Víctor Farías a que se hace referencia en este artículo: Salvador Allende. Antisemitismo y Eutanasia.
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