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LAS GUERRAS DE TODA LA VIDA

Las Cruzadas

La más extensa de las Cruzadas fue la que correspondió a España, porque no otra cosa que una cruzada fue la Reconquista, que duró ocho siglos, lo que ninguna otra guerra de la historia. Sin embargo, la producción historiográfica española sobre el tema es escasísima, y si queremos aprender algo sobre el tema tenemos que recurrir a los anglosajones, los franceses y los alemanes.

El gran texto de referencia sigue siendo, a pesar de los años que se le han echado encima, el de Runciman, Historia de las Cruzadas, reeditado por Alianza. Hace unos años Akal tradujo del alemán la obra homónima de Mayer del mismo título. Disponemos también en español de La primera Cruzada, de Jacques Heers, en edición de Andrés Bello, y aún se encuentran ejemplares de su Historia de la Edad Media en Labor. En 2007 Crítica publicó Las guerras de Dios, de Tyerman, que comenté muy desfavorablemente en su día, opinión en la que me ratifico.

Para quienes quisieran internarse en el tema, había hasta ahora una obrita recomendable, la Guía políticamente incorrecta del islam y las Cruzadas, de Robert Spencer, editada por Ciudadela, un texto de divulgación sobre los lugares comunes difundidos por el positivismo anticlerical del siglo XIX.

En todos ellos hay rasgos comunes. Uno de los más corrientes es el referido al número de cruzadas emprendidas a partir de 1096, tras la predicación de la primera por el papa Urbano II. Las diferencias de unos a otros pasan por las cuatro o las cinco, dependiendo de si se incluye o no la Reconquista de España.

Y ahora viene un profesor británico, Jonathan Riley-Smith, y dice que de eso nada. Que las Cruzadas fueron muchas más, que no se dirigieron sólo a Tierra Santa, que muchas se llevaron a cabo en Europa —entre ellas, la emprendida contra los albigenses— y que no cesaron en el siglo XV, sino en el XVIII. La obra de Riley-Smith se llama ¿Qué fueron las Cruzadas? y la acaba de publicar Acantilado, una de las mejores editoriales españolas actuales, con un catálogo que me atrevería a calificar de impecable —tanto como el de, en otra línea editorial, Libros del Asteroide—, en una época en que los grandes sellos producen sobre todo basura.

En ciento cincuenta páginas de texto, Riley-Smith hace un repaso de la idea de cruzada, de las intervenciones papales en sus convocatorias, del sentido religioso de las mismas, de los problemas económicos que plantearon y de la extensión territorial en que se llevaron a cabo. A esas páginas se añade una minuciosa cronología que va de 1095 a 1789, y no termina allí por la Revolución Francesa sino por la toma de Malta por Bonaparte, que liquida la última orden empeñada en la batalla contra los musulmanes.

Las dieciséis páginas de la bibliografía que completan el volumen son desalentadoras: casi ninguna obra de peso sobre el tema, con la excepción de las que ya he mencionado, han sido puestas en español. O sea que no sólo no producimos gran cosa, sino que tampoco nos hacemos cargo de la producción ajena.

Nos hemos acercado más a la Edad Media por el lado de la filología, como es el caso de Riquer y sus estudios sobre los trovadores, que por el lado de la historia propiamente dicha. Yo estudié Historia Medieval en Barcelona hace ya demasiados años. Ignoro si Pidal o Sánchez Albornoz tienen hoy alguna vigencia —la merecen, por cierto—, pero no era el caso en mis tiempos. Recuerdo que un buen profesor de Historia Moderna me encontró un día en el bar de la facultad, leyendo yo un libro de Pidal, y me confesó sin rubor que él no lo había leído.

Al parecer, brindan más seguridad entre nosotros los autores extranjeros que los nacionales. Es probable que ello se deba a que entre nuestros clásicos no prosperó el marxismo. Porque en los setenta, en la universidad española, se estudiaba casi exclusivamente en textos marxistas. Cuando el historiador Jacques Le Goff, que había sido adoptado por la historiografía materialista, publicó su biografía de Luis XI, San Luis, cuya elaboración le llevó por nuevos derroteros ideológicos, la universidad española decidió ignorar la obra. No está traducida y no figura en su bibliografía en la ficha en español de la Wikipedia.

La llegada a nuestras librerías de Riley-Smith y ¿Qué fueron las Cruzadas? es una buena ocasión para empezar a rellenar lagunas en ese terreno, especialmente en una época en que el islam se manifiesta de modo virulento en todo el planeta y hasta se discute, una vez más, por Jerusalem.

 

JONATHAN RILEY-SMITH: ¿QUÉ FUERON LAS CRUZADAS? Acantilado (Barcelona), 2012, 176 páginas. Traducción de Carme Font.

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