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EL EMPERADOR FILÓSOFO

Marco Aurelio

Cuando se habla del estoicismo de Marco Aurelio, los historiadores profesionales de la filosofía tienden a presentarlo como una especie de hombre retraído, triste, capaz de controlarse a sí mismo a pesar de tener una esposa infiel y un hijo bárbaro, que tuvo que gobernar un imperio con cierta dejadez de ánimo.

Cuando se habla del estoicismo de Marco Aurelio, los historiadores profesionales de la filosofía tienden a presentarlo como una especie de hombre retraído, triste, capaz de controlarse a sí mismo a pesar de tener una esposa infiel y un hijo bárbaro, que tuvo que gobernar un imperio con cierta dejadez de ánimo.
Marco Aurelio.
Este libro, sin embargo, destroza por completo esta imagen psiquiátrica, porque el editor, sencillamente, ha publicado los 'Pensamientos' no sólo al lado de las 'Cartas' del propio Marco, también de otros 'Testimonios' sobre sí mismo que demuestran a un Marco Aurelio preocupado por casi todos los problemas que le rodeaban. Lejos de esa visión afrancesada, el Marco Aurelio de esta edición, por fin, parece haber abandonado el sillón del psicoanalista, que le tenía reservado la historiografía filosófica francesa, para presentarse como un hombre entero, cabal, que supo compatibilizar su filosofía con su gobierno.
 
Gracias a que mantuvo en tensión permanente su tarea política y su tarea filosófica, hoy podemos hablar del emperador y el filósofo sin ninguna contradicción. Reconoció con inteligencia esas dos ciudades distintas, la filosófica y la política, pero sobre todo supo mantenerlas siempre en relación, sin dejarse vencer por ninguna de las dos.
 
Al ver esta edición del pensamiento de Marco Aurelio, especialmente al leer las notas del prologuista, pensé en la edición de otro clásico del estoicismo. Me refiero a la magistral edición de María Zambrano sobre El pensamiento vivo de Séneca (Cátedra). Dos obras aconsejables para pasar el verano, o sea, para leer y escribir. ¡Acaso puede hacerse otra cosa mejor para ser un buen ciudadano! Si Séneca y Zambrano son siempre acompañantes fieles, creo que este verano les hará compañía Marco Aurelio y su prologuista.
 
Leeré y releeré a Marco Aurelio con fruición. El primero de los políticos de Europa capaz de concebir un Estado justo con igualdad de derechos. Entre el año 121 y 180 trascurrió la vida Marco Aurelio, el único emperador filósofo que ha parido la historia.
 
Estatua de Marco Aurelio (Roma).El filósofo estoico y emperador romano escribió en griego anotaciones al margen de lo que leía, que siguen siendo el mejor alojamiento de una filosofía que es vivida o no es. Quien lee vive otra vida, y si además escribe, aunque sea al margen del libro, vive una tercera vida. ¡Tres vidas en una, quién da más, sólo por leer y escribir!
 
Marco Aurelio se percató de que la lectura y la escritura eran las mejores formas de ejercer la ciudadanía; en realidad, de no volverse loco por la esclavitud o la tiranía de un tiempo obtuso con la dignidad humana.
 
Ese legado es suficiente para que me sumerja en su lectura y haga vida de sus sentencias. Pasaré todo el verano dándole vueltas al libro de Marco Aurelio Pensamientos. Cartas. Testimonios. La edición de Tecnos es magnífica. Javier Campos Daroca, filólogo clásico y pensador riguroso, aparte de un gran poeta, ha hecho la traducción, las notas y el estudio.
 
Estamos ante la primera edición que recoge todas las cartas y testimonios del filósofo estoico. Campos ha escrito un ensayo preliminar de premio. He aquí un resumen, quizá una síntesis, para agradecerle esta bella edición. No alcanzo otro modo mejor de rendir tributo a un filósofo, a un joven pensador español, que oficiar de pequeño historiador de la filosofía en esta columna.
 
Retirado al modo estoico en Almería, o sea contando con la miseria infinita de los hombres, Campos ha construido una imagen justa de Marco Aurelio, porque jamás esperó la República de Platón, ni menos aún quiso convertir a los demás en filósofos. Lejos de perder el tiempo evocando la posibilidad de vivir entre sabios, Marco Aurelio, el filósofo emperador, se tomó tan en serio el oficio de gobernar el imperio que llevó la ficción de una vida republicana hasta sus últimas consecuencias, o sea, intentó terminar con todo tipo de tiranía y esclavitud. Sintió con sinceridad el conflicto entre la política y la filosofía, que son, según él, como la madrastra y la madre, respectivamente: a la primera se le debe respeto, pero es al regazo de la segunda al que nos precipitamos.
 
Marco medió entre las dos, y ése es su gran legado, en un tiempo de premura y urgencias muy parecido al nuestro. Una le concedió el privilegio de la verdad y la felicidad, y la otra el deber. Que es posible que un gobernante "pueda reducirse" a vivir como un ciudadano particular, que un hombre consiga no caer en manos de un sofista y que nadie debe retirarse a escribir lugares comunes son tres verdades, tres modos de excelencia, que me ayudarán a pasar el verano con este libro.
 
 
Marco Aurelio, Pensamientos. Cartas. Testimonios, Madrid, Tecnos, 2005.
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