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'LA NOCHE DEL REY'

Un soñador ilustrado

José Bonaparte, Pepe Botella, Pepe Plazuelas, el Perro, Matacuartillo... Muchos nombres para quien fue durante apenas cuatro años José I, Rey de España. Un personaje controvertido, despreciado, difamado y, sobre todo, un gran desconocido.

José Bonaparte, Pepe Botella, Pepe Plazuelas, el Perro, Matacuartillo... Muchos nombres para quien fue durante apenas cuatro años José I, Rey de España. Un personaje controvertido, despreciado, difamado y, sobre todo, un gran desconocido.

Pese a que existen varias biografías sobre el Rey Invasor, más o menos noveladas, pocos españoles saben cómo era realmente el hombre que ocupó el trono entre 1808 y 1812. ¿Ambicioso, débil, un reformador fracasado, tal vez un simple peón de su hermano el Emperador? Doscientos años después, José Bonaparte sigue siendo uno de los monarcas más enigmáticos de nuestra historia.

Resulta un tanto sorprendente que sea éste, precisamente, el personaje que Jorge Alcalde ha elegido como protagonista de su primera novela. El autor es de sobra conocido por nuestros lectores: director de la revista Quo, colaborador asiduo de Libertad Digital y gran divulgador, hasta la fecha ha publicado cinco obras sobre ciencia. Pero para esta primera incursión en la ficción no ha elegido el tema que domina, sino la historia: La noche del Rey es una novela histórica ambientada en plena Guerra de la Independencia.

El motivo de esta elección ha sido, como en tantas ocasiones, la casualidad, como reveló el propio Alcalde en una reciente entrevista en LD Libros: con motivo de la preparación de una exposición sobre el viaje de José I por Andalucía, tuvo ocasión de descubrir las cartas que el Rey, durante los años que pasó en España, intercambió con su hermano Napoléon. Estas misivas interesaron a Alcalde de tal forma, que le llevaron a investigar más sobre los personajes y su época y a escribir la novela que hoy nos ocupa.

El eje central es el encuentro fortuito, una noche de 1810, entre José Bonaparte y un misterioso viajero estadounidense en un pueblo andaluz medio abandonado. Bonaparte, cansado, enfermo y fracasado, elige al desconocido para desahogarse, descargar toda su angustia y desolación: el pueblo no le quiere, sabe que sus proyectos para España nunca se harán efectivos y que su hermano no confía en su capacidad. Poco a poco, y animado por la confianza que le inspira, irá narrando a su interlocutor toda su vida.

Sabremos así de su infancia en Córcega, de sus años de formación para el sacerdocio en Autun, de su paso por el Ejército. Siempre a la sombra formidable de su hermano menor, el futuro amo de Europa. Su inteligencia y sus logros pasarían siempre inadvertidos frente a los de su hermano. Mas no por eso dejó de amarle y de ser su mayor valedor, su hombre de confianza, el comodín de todos sus planes. No vaciló en abandonar el trono de Nápoles, en el que el Emperador le había colocado años antes y en el que se sentía feliz, para iniciar la aventura española; le atraía la idea de reinar en la nación que antaño había sido la más poderosa de la Tierra, sacarla de su atraso y convertirla en un país moderno e ilustrado. Llegó a España lleno de planes e ilusiones; apenas dos años después, estaba como se lo encontró su amigo americano.

A través del diálogo entre Bonaparte y el estadounidense, y de las cartas que el primero mostrará al segundo, iremos conociendo al protagonista de esta obra.

Pocos monarcas españoles han sido tan detestados por sus súbditos como José I, a pocos han tratado sus contemporáneos con tanta crueldad y desprecio. Los motes despectivos, los bulos sobre su alcoholismo e incapacidad han llegado hasta nuestros días. Sin embargo, muchos nos preguntamos si, pese a ser un rey invasor, un títere impuesto por Napoleón, a España no le habría ido mejor con él que con el nefasto Fernando VII, el Rey Felón.

Pero no es José Bonaparte el único protagonista de esta obra; Jorge Alcalde nos presenta a toda una serie de personajes fascinantes: nobles, criados, militares, comerciantes, científicos, mujeres de rompe y rasga... Todos ellos, invasores e invadidos, tratan de sobrevivir como mejor pueden en medio del torbellino que les rodea. Alcalde nos los describe con realismo, mostrándonos sus miserias y grandezas, y dejando que el juicio corra por nuestra cuenta. Es éste uno de los aciertos de la obra: no hay aquí personajes planos, héroes o villanos absolutos, sino seres humanos. Personas a las que la guerra cambia la vida y que serán capaces de lo mejor y de lo peor, de actos heroicos y de las mayores infamias.

Con todo, el mayor logro de nuestro autor es, sin duda, la ambientación de la obra. Como buen científico, Alcalde ha investigado, recopilado datos y consultado a expertos. No sólo ha buscado asesoramiento para lo relacionado con las campañas militares y otros acontecimientos destacados (como los preparativos para la reunión de las Cortes de Cádiz), sino que ha realizado un excelente trabajo de investigación sobre la vida cotidiana en la España de principios del XIX: moda, gastronomía, bailes, costumbres... nos son presentados de forma clara, minuciosa, siempre ágil y amena. No faltan los detalles que revelan al hombre de ciencia: las descripciones de la naturaleza son especialmente vívidas; percibiremos olores, sonidos, texturas, hasta la forma en que la luz ilumina las partículas de polvo que flotan en el aire.

En La noche del Rey se revela también el Alcalde amante del arte. Las descripciones de cuadros y esculturas que nos brinda nos hablan no sólo de un conocedor de la materia, sino de alguien que sabe transmitir la emoción que se siente al contemplar y desentrañar la belleza de una obra maestra.

Por medio de estas páginas nos trasladaremos a una época de cambios, un momento de la historia en el que pareció posible que surgiera una España mejor, fuerte, unida y libre. Atrás quedarían gobernantes corruptos, atraso, ignorancia, superstición. Como sabemos, no fue así, pero podemos imaginar qué habría sido de nuestra patria si los hombres reunidos en Cádiz hubieran conseguido que sus ideales triunfaran. O qué habría pasado si los sueños ilustrados de José Bonaparte se hubieran cumplido. Tal vez viviríamos ahora en una nación muy diferente.

Esta novela es un sueño cumplido de otro hombre ilustrado, Jorge Alcalde, un amante del saber que demuestra aquí que Ciencia y Arte no son incompatibles y caminan a menudo de la mano. Un narrador que sabe mostrarnos con entusiasmo y sencillez la belleza de un cuadro, pero también la que hay en el funcionamiento de un termómetro o en la reacción química más cotidiana, y que así nos abre los ojos a las maravillas que nos rodean.

JORGE ALCALDE: LA NOCHE DEL REY. Temas de Hoy (Madrid), 2011, 411 páginas.

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